Sale el sol en una calurosa mañana, iluminando el Mar Mediterráneo y su costa semicircular. Estamos en la Región de Murcia, repleta de turistas que disfrutan los días de descanso en sus Cálidas costas durante el verano, y que llegado el invierno se vacía dejando sus huellas. Esas huellas que marcan un paisaje de lo más variado y protegido, hogar de la laguna natural más grande de España, la albufera del Mar Menor.
Aunque el 85 % de los murcianos se declaran católicos, menos de la mitad son practicantes, ¿será que no encuentran en Caravaca de la Cruz las respuestas a la sed del alma? ¿Cómo hacerles saber que desde todos los rincones Dios les habla de su amor y salvación?
Si visitáramos su Historia como si fuera un libro, nos encontraríamos primero con las múltiples muestras de Arte rupestre declaradas Patrimonio de la Humanidad1 que cuentan las primeras aventuras del ser humano. Pasando página a la Edad de Bronce visitaríamos La Bastida de Totana y seguiríamos por la invasión romana que en Cartagena levantó su foro y anfiteatro. Después cabalgaríamos por cinco siglos de dominación musulmana, visitando los castillos y fortalezas repartidas por casi todo el territorio murciano, como el Castillo de Monteagudo. Si seguimos hasta la actualidad, es fácil ver esta Historia plagada de cambios, cambios de gobiernos, pueblos y culturas, en la que permanece ese sol, sol que los ha visto nacer y morir a todos, y que anuncia la permanencia de un Dios que en cada etapa ha enviado emisarios de su mensaje. Murcia, Dios te ama.El murciano es generoso, abierto a la inmigración, ha sido una de las zonas más acogedoras para los que venían de fuera. En esa mezcla reside también su fuerza, siendo la región una de las mayores productoras de fruta, verdura y flores de Europa, diversifica su esfuerzo en las capitales entre el sector industrial y turístico, dando a sus calles un carácter vibrante de actividad y armonía. Tampoco le temen al futuro y saben apreciar lo esencial de la vida, con una tasa de natalidad de las más altas de España; qué belleza ver a sus niños jugar y reír en sus plazas y playas. Pero pocos murcianos entienden el significado de las palabras de Jesús “te es necesario nacer de nuevo”. Pocos conocen la Biblia y muy pocos la leen para cuidar su relación con Jesucristo. Aunque las iglesias evangélicas han triplicado su membresía en los últimos años, no llegan a ser ni el 1 por ciento de la población y la mitad de sus pueblos aún no tienen testimonio evangélico.
Señor Jesús, ayúdanos a comunicar la vida que hay en Ti para Murcia, en sus montes, pueblos, ciudades y playas. Que ni un solo habitante de estas bellas costas se acueste mañana sin escuchar de tu Palabra, que Tú moriste y resucitaste para que, de sol a sol, nuestras vidas tengan significado y esperanza. Y que con cada ola, el rumor de tu presencia irrumpa en su rutina iluminando su existencia, trayendo arrepentimiento y sed de algo nuevo, algo vivo y verdadero. Que venga tu luz y sea inevitable un encuentro contigo en Murcia, pasando a una nueva página de su Historia. Que nadie pueda decir que no conoce que en Jesús hay vida, y vida en abundancia. En el nombre de Jesús, amén.
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