En la costa norte de España, alojado entre las montañas y el mar, hay un lugar de belleza extraordinaria, un lugar conocido por su escabroso paisaje, lleno de playas de arena blanca, costas rocosas y grandes prados verdes.

Ese lugar es Cantabria.

Sus paisanos la conocen como “Cantabria Infinita”. Para ellos, Cantabria lo tiene todo. Y después de visitarla, es fácil entender a qué se refieren.

Más allá de su asombrosa belleza, esta tierra ha contribuido a la Historia del hombre de forma increíble. En Cantabria están las cuevas de Altamira, donde se encuentran las pinturas rupestres prehistóricas más importantes del mundo, descubiertas en 1880 y reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Los cántabros gozan de un buen nivel de vida, aprecian su hogar y exprimen al máximo el tiempo al aire libre compartiendo con amigos y familia. Saben disfrutar de las pequeñas cosas y la belleza que les rodea.

Pero por majestuosa que sea, y todo lo que ofrece, a este lugar aún le falta algo. Se nombra poco al verdadero Artista y se reconoce poco su creación. La realidad es que muchos cántabros aún no han experimentado el GOZO de conocer a su Creador y nacer de nuevo.

Con este fin oramos, que estas personas, estas almas, puedan conocer su grandeza mostrada en la creación, y que puedan reconocer su amor infinito y verdadero en la persona de Jesús. Oramos también por los pueblos sin testimonio evangélico en Cantabria. Manda obreros Señor para que pronto haya allí iglesias con muchos hijos tuyos nacidos de nuevo.