Padre celestial, te doy gracias por Andalucia, la belleza de Sierra Nevada, las cálidas playas de la costa del sol, el mar de olivares interminables, y los bellos pueblos blancos, donde permanece la aroma de la antigua cultura árabe y resuena su arte entre azulejos y fuentes de patios escondidos.
Pero tu conoces su historia, donde también hay guerras, y fortalezas, de las que hoy en muchos casos, solo quedan ruinas. Aunque hay murallas que permanecen: el temor cierra a los corazones, y el “que dirán” repele el deseo genuino que muchos tienen de conocer mas de Dios y su palabra.
En el nombre de Jesus, amen.